Carta al editor

No es fácil vivir toda tu vida con una carga tan pesada que a veces no te deja tiempo para pensar en nada más. No es fácil vivir toda tu vida sintiendo que tienes algo que ocultar. No es fácil sentir que cometiste un crimen y que andas suelta y escondida por la vida. No es fácil dudar de tu ser más próximo, de ser mujer. No es fácil sentirse seca, podrida y muerta por dentro. No es fácil creer que uno no está capacitada para amar. No es fácil el pensar que no se debería estar acá, o que la vida no fue hecha para ti, o que no te corresponde sentir, o que no puedes amar. No es fácil pensar que uno no puede llegar a ser lo que toda mujer es, es decir, ser mamá.
Cuando uno pasa por una experiencia tan traumática como un aborto, algo de uno se muere. El problema es que ese algo es más grande de lo que uno cree, y que ese algo no sólo se muere en ti, sino también en quienes te rodean.

Victima de un aborto en recuperación y aprendiendo a ser mamá.
30 años.