“A”, de aborto Testimonio de un hombre

Conocí a una integrante del M.A.V.* en el odioso trabajo de mostrador que tuve hasta este verano.
Conversamos. Vi unas fotos y unos folletos que ella me mostró.
La fotografía de unos pies del tamaño de mis uñas, eran de un niño abortado a los tres meses de gestación.
Aunque para mí ya era tarde, esas fotos y esa conversación las llevo presentes cada día.
Yo aborté. Maté a mi hijo de un mes el 17 de mayo de 1985. Un hijo gestado con amor por un hombre y una mujer que aún hoy se aman, pero viven incompletos.
* M.A.V. Movimiento Anónimo por la Vida.

No importan los motivos por los que tomé esa decisión. Yo aún lloro a mi hijo y no sé a qué basurero ir a visitarlo.
Quizá no deba moverme de casa, y me baste con poner unas flores en el basural de mi conciencia.
Debí atreverme a ser padre. Debo ahora arrepentirme con “A” de aborto; hoy que nada puedo hacer; sólo pedirle a Dios y a mi hijo que me perdonen.