Participar en el Proyecto Esperanza

Participar en el Proyecto Esperanza fue para mí una gran ayuda. Tuve la oportunidad de ingresar sin saber realmente de qué se trataba. Al comienzo, lo tomé como un castigo, por haber sido derivado a él desde la fiscalía pero, a medida que pasaba el tiempo, me di cuenta de que era un regalo.
Es increíble cómo no tenía idea de lo que estaba pasando conmigo después que ocurrió el aborto, ni las consecuencias que podrían ocasionarme o, mejor dicho, que me estaban ya ocasionando los sentimientos que tenía guardados, las culpas, los odios, la inseguridad, el miedo que escondía sin darme cuenta.
Este taller de trabajo personal fue un gran proceso y una gran experiencia que me ha servido para ver la vida de una manera más positiva. Significó reconocer que tengo una hija, lo que también le da significado a mi vida. Significó mejorar mi vida personal, con mi familia y mi polola. Significó comprender por qué hice tal cosa, entenderme a mí mismo, perdonarme y, además, entender que fue una gran equivocación, la cual jamás volvería a cometer. Esto, quien no haya pasado por este proceso de apoyo, no podría decirlo con tanta seguridad. Significó valorar más mi vida y la de los demás. Me ayudó a abrir mis pensamientos y a ponerme en el lugar de otros. Finalmente, lo más importante: sé que tengo una hija que se llama Estefanía, y pienso en ella con amargura, pero también felicidad.
Para mí, algo que jamás se me olvidará fue un proceso llamado “el perdón”, donde, por supuesto, asomó todo el rencor que tenía hacia mi familia, mis amigos, mi polola e, incluso, hacia mí mismo. Con este proceso de sanación, pude liberarme de mis rabias, y esto me ayudó de gran manera a continuar mi vida.
El aborto fue una experiencia que, sin darme cuenta, cambió mi personalidad y la forma que tenía de reaccionar frente a diversas situaciones, y de sentir cosas que no sabía que estaba sintiendo. El Proyecto Esperanza me ayudó a identificarlas.
Para mí, el Proyecto está enfocado a ayudarte. Uno piensa que no lo necesita, pero cuando estás dentro, te das cuenta lo importante que es, que lo que pasó no se puede olvidar y que tienes que aprender a vivir sabiendo que tienes un hijo, y a reconocerlo, y a entender que solo es muy complicado seguir adelante.
Aunque parezca extraño, es un Proyecto dedicado a ti, no a ayudar a otras personas. De ninguna manera es un castigo o una forma de pagar tus pecados, sino un bonito y gran regalo que te dan personas cuyo único interés es cumplir la Voluntad de Dios y ayudar a que puedas recuperarte para que, en adelante, tú puedas tener una mejor vida.

Papá.