Dios llegó a mi vida y con Él trajo a mi hijo

Dios llegó a mi vida y con Él trajo a mi hijo. Después de doce años puedo vivir y reír sin culpas, con una tranquilidad que a ratos me asusta, pues sé que existirá el día en que lo abrace. El Proyecto Esperanza me trajo la paz perdida, las ganas de vivir y de hacer cosas. Al principio no sabía cómo ellos podrían ayudarme, pero quien me atendió y escuchó sabía lo que yo sentía y eso me dio la confianza de saber que no estaba sola en esto. No olvido la muerte de mi bebé y sé que, aunque no esté presente, siempre seré su mamá. Sentí en mi corazón su nombre, y le puse Catalina. Hoy sé lo que realmente es el aborto y que, como mi hija, son muchos los niños que mueren injustamente.

Edith.